"la emoción invadió su ser y con viva euforia festejó al grito de... GANE, GANE...".
Hay circunstancias en las que podemos sentir que los esfuerzos tuvieron su merecida recompensa; el asunto es que también puede producirse un quiebre donde nos damos cuenta que no sirvió de nada ese logro, lo peor sería que alguien notara eso y nos ahogue el momento.
"...advirtiendo el clima de preocupación entre los presentes, uno de los espectadores se aparta con dirección a su persona, dirige su mirada hacia sus ojos y lo aparta a un rincón privado en silencio, sin mencionar una palabra; cuando el entorno denota suficiente privacidad este desconocido muy pensativo agacha su mirada, luego cuando ya inhaló suficiente aire expresó... No se trata de tu victoria... es el hecho de ver derrotado al mejor...".
¡Con cuanta facilidad se puede cambiar un clima agradable!, pero sentirse derrotado aún cuando se sale victorioso es un sabor difícil de digerir; de esto está inundado la vida, reconocer esos momentos y tener una táctica para catalizar eso, es lo que nos define cuán preparados estamos para afrontar el camino por el que transitamos, acumulamos emociones día a día, nos esforzamos para mejorar como persona, aún cuando creemos que tenemos todo resuelto, vamos a experimentar quiebres que pueden alejarnos de la razón, es propio de la vida, no ser o querer ser, nos vinculamos en busca de..., o nos encontramos frente a una encrucijada.
"... mientras miraba fijamente los ojos de este desconocido se encogió de hombros, con las palmas hacia arriba y los codos a hacia abajo responde... Bueno, ¡solo vine a probar mis capacidades!...".